Constituido en 1959, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos es un tribunal internacional competente para conocer de demandas individuales o estatales fundamentadas en violaciones de derechos civiles y políticos enunciados en el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Desde 1998 el Tribunal opera de forma permanente y los particulares pueden dirigirse a él directamente.
En sus casi cincuenta años de existencia el Tribunal ha dictado más de 10.000 sentencias. Éstas son obligatorias para los Estados concernidos y han conducido a la modificación de su legislación y práctica administrativa en numerosos ámbitos. La jurisprudencia del Tribunal ha hecho del Convenio un instrumento dinámico y poderoso para enfrentar los nuevos desafíos y consolidar el Estado de Derecho y la democracia en Europa.
El Tribunal tiene su sede en Estrasburgo, en el Palacio de los Derechos Humanos, concebido en 1994 por el arquitecto Lord Richard Rogers. Desde este edificio, cuya imagen es reconocida en el mundo entero, el Tribunal vela por el respeto de los derechos humanos
de 800 millones de europeos en los 47 Estados miembros del Consejo de Europa que han ratificado el Convenio.
El Convenio garantiza especialmente:
• el derecho a la vida,
• el derecho a un proceso equitativo,
• el derecho al respeto de la vida privada y familiar,
• la libertad de expresión,
• la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión,
• el derecho de propiedad.
El Convenio prohíbe en especial:
• la tortura y las penas o tratos inhumanos o degradantes,
• la esclavitud y los trabajos forzados,
• la pena de muerte,
• la detención arbitraria e ilegal,
• las discriminaciones en el disfrute de los derechos y libertades reconocidos por el Convenio.
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